Hoy, 15 de agosto, celebramos la Asunción de la Virgen María, un día de alegría y reflexión. El Evangelio nos recuerda el encuentro entre María e Isabel, donde Isabel proclama: “Bendita eres entre las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre” (Lc 1,42). Estas palabras, parte del “Ave María”, nos invitan a honrar a María, quien nos trae a Jesús.
La respuesta de María, el Magnificat, es un cántico de alabanza que profetiza una transformación radical en la historia: Dios, a través de ella, establece un nuevo orden basado en la humildad y el servicio. Aunque su tiempo no reflejaba aún estos cambios, María anticipa un futuro en el que el verdadero poder radica en el amor y el servicio a los demás.
Hoy, mientras celebramos la Asunción de María al cielo en cuerpo y alma, reflexionamos sobre su mensaje de esperanza. María, primera en alcanzar la gloria celestial, nos muestra que el cielo está al alcance si vivimos con generosidad y amor. Este día nos invita a renovar nuestra esperanza y a seguir el ejemplo de servicio de nuestra Madre celestial.
¡Feliz fiesta de la Asunción a todos! Que este día esté lleno de alegría y reflexión sobre la verdadera grandeza que se encuentra en el servicio y el amor.
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